ver los autobuses repletos de gente desdichada como yo;
sacudir los bolsillos de mi pantalón y
encontrarme con un pedazo de alma mía,
se ha estado destruyendo a pedazos,
han pasado sobre ella cientos de suelas de calzados caros,
baratos, hasta con las uñas de los pies me han aplastado.
Quiero esperar,
con mis audífonos a todo volumen,quiero evitar que me recuerden lo mierda que soy,
que griten palabras dulces y serenas y no sean para mi;
estaré esperando,
bajo la parada del autobús,
bajo las llantas o con la yugular finamente cortada;
el bus seguirá repleto,
yo a cada hora más vacío,
chorros de sangre como una fuente sucia de algún parque,
pero estaré sentado,
esperando a que me digan ¡ Merde !
agacharé la cabeza como esta noche
y todo quedará enterrado,
Yo, todo polvoroso,
arrumbado,
cortado,
muy cómodamente sentado
en el mezzanine de un centro de rehabilitación
para "débiles mentales".
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